domingo, 25 de marzo de 2007

De los medios de comunicaciòn y sus vicisitudes


por: José Bernabé Reséndiz Castañeda


AMABLE Y CARÍSIMO LECTOR:

Hoy tienes en tus manos el primer ejemplar de una publicación a la que se ha bautizado con el nombre de EL SABINO, en honor al centenario y guardián ÁRBOL DE LA CIUDAD, símbolo de grandiosidad y fortaleza de los zimapenses.

Todo el equipo que participa en su elaboración, se regocija sinceramente por la noble acción de enterarte de su contenido, porque con ello aprecias y valoras el enorme esfuerzo que se despliega para realizar un trabajo de esta naturaleza.

Si la simple curiosidad te impulsó a obtenerlo, gracias por tu apoyo; si fue por inconsciente hábito de lectura o buscas un tema de comunicación social inherente a la vida cotidiana de tu interés personal o si tal vez tratas de encontrar un tema filosófico de reflexión acerca de misterios infinitos, o quizás simplemente buscas informarte de los acontecimientos científicos y culturales que suceden allende nuestras fronteras, te felicito por la preocupación de darle dinamismo a tu preparación y personalidad.

De nueva cuenta, muchas gracias. Gracias, porque a partir de esta memorable fecha, podremos contar contigo para continuar con el propósito de informar a esta noble y culta ciudad de Zimapán.

EL SABINO, incipiente órgano informativo que sale a la luz pública en este municipio y en las actuales circunstancias, viene a sumarse a los que ya existen y a los que ya pasaron a la historia, a los que dejaron huella y brillaron por su ética y profesionalismo.

Ahora, EL SABINO trata de llegar hasta los hogares, pero busca sobre todo alcanzar a la conciencia de los ciudadanos. Ofrece amenidades y noticias de interés general para todos. Promete un periodismo actual, capaz de reunir los requerimientos éticos que todo comunicador está obligado a cumplir: el respeto por la verdad objetiva y la defensa de la dignidad de las personas, para no interrumpir, ni mucho menos agraviar el derecho a gozar su intimidad.

La idea rectora que impulsa este trabajo, como la conciben su joven director y colaboradores, es establecer un proyecto de comunicación que sensibilice sobre nuestras necesidades de desarrollo, debe actuar como una válvula de escape que funcione para movilizar a la sociedad en torno a la superación de sus carencias. Porque los medios de comunicación informativos deben actuar como instrumentos culturales encargados de la distribución de sensibilidades y conocimientos; toda esencia informativa nunca debe permanecer distante ante los problemas que dificultan la supervivencia en nuestra región.

Otra de las responsabilidades y tareas fundamentales del conjunto complejo de los medios de comunicación, es la transformación mental y afectiva de nuestra sociedad para que puedan operar y darse los procesos de profunda modificación ideológica y de reorganización de la comunidad con el fin de encontrar la resolución para las urgencias inmediatas de crecimiento.

El desarrollo alcanzado en la actualidad por la comunicación social y por los medios de difusión colocan EL DERECHO DE INFORMACIÓN en primer plano como sustento de LAS LIBERTADES DE EXPRESIÓN Y DE OPINIÓN que son base y piedra angular del sistema democrático contemporáneo.

ZIMAPÁN, BELLA Y COLONIAL, ciudad minera por excelencia, merece la mejor atención para ser informada a la altura de las aspiraciones de sus habitantes. No debe sufrir la paradoja que caracteriza los tiempos del siglo XXI: A MAYOR DESARROLLO DE LAS TECNOLOGÍAS DE INFORMACIÓN, MAYOR POBREZA DE SUS CONTENIDOS.

Por lo anterior, creemos que si los medios de comunicación no fomentan en la sociedad un permanente proceso emotivo y racional que conduzcan al análisis y a la autocrítica de la realidad para reflejarnos como personas, como familia, como barrio, como región, como cultura, como nación y como humanidad, entonces serán medios que no generarán un avance en sus ideales y metas, en sus auditorios y lectores, pues propiciarán que nuestra conciencia y afectividad continúen evadiendo la realidad sin dar batalla ante los obstáculos que debemos asimilar para superarlos, crecer y sobrevivir.

El proyecto civilizatorio del presente milenio consiste en cambiar el nivel de conciencia del hombre sobre sí mismo, sobre su sociedad y sobre la misión que le corresponde dentro de su comunidad y entorno. La profunda crisis que vivimos no es de productividad, de tecnología, o de capital, sino de un serio conflicto de valores culturales y espirituales que se traducen en desastrosas consecuencias económicas, políticas y ecológicas para la vida de los seres de todo el planeta. Es la quiebra de ideologías, de concepciones del mundo y el fracaso del sentido de la vida.

Es por ello, que si no actuamos ahora desde la comunicación y la cultura en la dirección que encamine hacia una NUEVA CULTURA INFORMÁTICA, para los próximos tiempos tendremos a un hombre enajenado, sumiso, pues habrá perdido toda esencia de ser humano.

En este tenor, EL SABINO tratará de penetrar en la conciencia, tocar las sensibilísimas cuerdas de su sentimiento, y estrechar las manos de los lectores para orientarlos hacia los mejores fines.

En hora buena y con los mejores augurios, arranca esta primera edición, ojalá nazca con la mejor estrella de la buena suerte, estos son los deseos de todo el equipo de trabajo.

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